El mexicano Sergio Avilés, encargado de la Unidad de Financiamiento para las Mayorías del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), destacó el papel de las microfinanzas para la reducción de la pobreza de la región.
De acuerdo con el experto, en Centroamérica, donde se estima que el 97% de las empresas pertenece al sector micro, pequeña y mediana empresa (mipyme), las microfinanzas son una de las herramientas claves para el desarrollo.
El BCIE desarrolló un taller el pasado viernes para periodistas centroamericanos sobre el “Impacto de las Microfinanzas en la Economía de la Región”.
Avilés recordó que las mipymes son el motor de la economía y un enorme generador de empleos.
Aproximadamente 2,7 millones de unidades productivas o empresas de la región están dentro del sector mipyme y representan aproximadamente el 26% del PIB de la región.
Además, en las mipymes está más del 44% de la población económicamente activa (PEA).
Sergio Avilés dijo que hoy día los microcréditos no solo van dirigidos a la micro y pequeña empresa (conocida como MIPE), sino también a personas independientes, cuyos recursos son destinados a inversión en educación, salud, vivienda social y hasta consumo.
Entonces uno de los mayores retos del sector de las microfinanzas es brindarles servicios financieros a las MIPE y hacer a las personas sujetos bancables.
Este sector, refirió Avilés, puede ser capaz de permitir a las familias pobres programar mejor el futuro enviando más tiempo a sus hijos a la escuela o por ejemplo mejorar sensiblemente la autoestima de la mujer.
Los recursos
Un 60% de los recursos que el BCIE da en crédito a través de las microfinancieras es dirigido a mujeres, “porque se ha identificado que la mujer es mejor pagadora que el hombre”. Avilés explicó que ese porcentaje de aproximadamente un 60% es el que se maneja en la industria de las microfinanzas, con los cuales coincide el BCIE.
Las microfinanzas se caracterizan por dar servicios financieros a las personas o empresas que se encuentran en la base de la pirámide.
El término de las microfinanzas de los noventas ha evolucionado, con nuevos conceptos, como bancarización, democracia financiera, inclusión financiera y lo más reciente finanzas responsables.
Otro desafío del sector de las microfinanzas está en cómo seguirse especializando, para no solo quedarse atendiendo a las mipymes en un concepto general, sino con enfoques por ejemplo en agronegocios, mipymes verdes (que son, por ejemplo, proyectos de energía renovable), mipymes turísticas, programas de género, entre otros.
En Centroamérica, según la Red Centroamericana de Microfinanzas (Redcamif), las microfinancieras del istmo y República Dominicana manejan una cartera de crédito de microfinanzas de US$1.848,3 millones (con datos hasta junio de este año).
De esa cifra, US$277 millones pertenecen a Nicaragua, ubicándose en tercer lugar, por detrás de República Dominicana y El Salvador.