María Joaquina Sánchez /END
En general, la razón de ser de las microfinanzas es brindar servicios financieros a sectores de la población que viven en pobreza, razón por la cual dichos segmentos no tienen garantía que ofrecer a la banca tradicional, de forma que se les limita el acceso a crédito. Por tanto, el microcrédito se considera una herramienta financiera para disminuir la pobreza y mejorar la calidad de vida de las familias, según expresa Verónica Herrera, Coordinadora de la Comisión de Imagen de la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas (Asomif).
En este sentido, entre los servicios que ofrecen las microfinancieras están las diferentes opciones de crédito, tales como: vivienda, crédito agropecuario, crédito educativo, remesas, seguros (tercerizado), entre otros. Entonces, ¿qué porcentaje de crédito otorgan las microfinancieras a los sectores?, Herrera expresa que eso va a depender del apetito de riesgo de cada institución, así como también de la normativa del ente regulador.
Por ejemplo, en el caso de la microfinanciera MiCrédito, esta institución asigna un 22 % de su cartera al sector rural, y el resto lo tiene distribuido en préstamos a estudiantes, proyectos de vivienda, saneamiento, comercio, entre otros, siendo el total de su cartera a mayo de un poco más de 10 millones de dólares, según especifica Herrera.
Impacto
“No obstante, a nivel de la industria de microfinanzas en el país, típicamente se destina entre un 80% y 90% del total de los activos a microcrédito y crédito PYME”, destaca la coordinadora.
En lo que va del año 2016, la colocación de préstamos ha marchado a buen ritmo, en el caso particular de MiCrédito, hasta el cierre de mayo especifican las solicitudes de crédito en un 11 por ciento. En cuanto al impacto económico que han tenido los sectores que se han afiliado a las microfinancieras, hay que destacar que las microfinanzas a nivel mundial han demostrado que inciden significativamente en la población a través de la inclusión social y financiera, siendo la herramienta principal el microcrédito más otros los servicios financieros, logrando un cambio en la vida de las personas.
En Nicaragua, mediante los afiliados de Asomif, el impacto que han tenido las microfinancieras al cierre de diciembre 2015, ha sido de un registro de más de 492 mil familias. “Si hacemos un cálculo de que cada persona tiene 5 miembros promedio en su familia, eso significaría que hemos impactado aproximadamente en 2.4 millones de personas y si lo vinculamos entre la población total de Nicaragua, que es un poco más de 6.1 millones de habitantes, eso figuraría que el 40% de la población del país es beneficiada por la industria de microfinanzas”, expresa Herrera.
Sector agropecuario
El sector agropecuario, para promover su desarrollo o bien, para recuperarse en condiciones de golpes por bajas de precios, apuesta por solicitar créditos; y la industria de microfinanzas refuerza a este sector con su apoyo. En el caso particular de MiCrédito, lo que se hace es el diseño apropiado del producto, como por ejemplo: promover la diversificación de los riesgos del cliente evitando los monocultivos, de tal manera que si el cliente tuvo un problema de precios o complicaciones climatológicas, pueda cumplir con su actividad agrícola. También, hace los desembolsos del crédito en la medida que el cliente lo necesita y no de una sola vez, para evitarle una carga financiera adicional y promover las cadenas de valores, entre otros.