Desafíos de la industria de microfinanzas en Nicaragua

Foto: Cortesia/END Ampliar / Francisco Montoya | 09 Marzo 2017 | Edición Impresa

La industria de microfinanzas surge en los años 90 como una alternativa ante la reducción de los Programas de Cooperación para el Desarrollo a nivel regional y el cierre de la banca estatal que atendía a los pequeños empresarios y productores individuales u organizados en cooperativas en nuestro país; ante este vacío de oferta de crédito, las microfinanzas surgen como una necesidad de continuar atendiendo a las poblaciones pobres de los países con bajos ingresos per cápita.

Nicaragua, entre los años 80 y 90, fue un país favorecido con volúmenes importantes en cooperación no reembolsable canalizada a través de un sector de entidades denominadas asociaciones sin fines de lucro u organizaciones no gubernamentales (ONG), que incidían en diferentes sectores de educación, salud, producción, asistencia técnica y otros. Estas organizaciones tenían metodologías de atención individual y personalizada con los beneficiarios que reclamaban el crédito para complementar sus actividades. Por estas circunstancias, Nicaragua se convierte en líder en Centroamérica en desarrollar la industria de microfinanzas, posición que aún mantiene.

Sin embargo, el desarrollo de la industria de las microfinanzas ha atravesado por varios desafíos, desde las acciones del movimiento de no pago, que provocó una salida de más de cien millones de dólares del financiamiento internacional que afectó a 128,000 clientes, particularmente en el sector agropecuario, que se explica por la percepción de alto riesgo que significaba Nicaragua. Con la normalización de la situación, los buenos resultados macroeconómicos y la aprobación de la Ley de Microfinanzas y su marco normativo, los acreedores externos regresaron con mayor confianza, pero concentrando su esfuerzo en el mercado de las instituciones de mayor tamaño. De ahí que se necesitan algunos mecanismos compensatorios para facilitar el acceso a fondos, como la posibilidad de captar ahorros de los clientes.

Entre los retos a superar, podemos identificar el bajo nivel de inversiones en la capitalización de las pequeñas unidades productivas, asunto que exige respuestas innovadoras de productos mejor adaptados a las necesidades del cliente, que por lo general carece de garantías para acceder a créditos bancarios; es así que el gremio está trabajando en el lanzamiento de un sistema de arrendamiento financiero cuyos créditos para equipamiento no requieren de garantía del cliente. Pero aún está pendiente de aprobarse la ley correspondiente.

Otro de los retos identificados es el alto nivel de informalidad y el bajo nivel de educación financiera de la población en general, y de los microempresarios en particular, para lograr un uso más eficiente del microcrédito y los microseguros. También se observa un cierto distanciamiento de la misión social de las IMF, priorizando la generación de excedentes, pero en aras de garantizar la sostenibilidad del crédito para los microempresarios en el largo plazo.

En el caso de nuestra institución, Afodenic, hemos observado que el tema de la pobreza tiene variadas causas relacionadas con el nivel de ingresos, educación, salud, vivienda, entre otras. Pero la vivienda reviste una particular importancia porque representa el hogar en que se forjan la familia y los valores, y una vivienda digna es fundamental paras la salud, la seguridad y el buen vivir; razón por la que hemos priorizado esfuerzos especializándonos en este sector, mediante el financiamiento de viviendas nuevas o créditos para ampliación, reparación, mantenimiento y desarrollo progresivo con asistencia técnica. Este esfuerzo nos ha permitido atender a más de 1,200 familias en varios departamentos del país, que han superado el nivel de pobreza.

Pero todavía queda mucho por hacer, como acelerar la adecuación de ciertas leyes para las mipymes, incluidas las fiscales, que faciliten el acceso al crédito para la vivienda. En este sentido, Asomif con sus 24 entidades afiliadas forma parte del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), con quien ha venido participando en desarrollar una relación público-privada y un diálogo permanente en la búsqueda de políticas públicas e iniciativas que faciliten el crédito y la inversión para contribuir todos a superar la pobreza y reducir la desigualdad.

*PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN PARA EL FOMENTO AL DESARROLLO DE NICARAGUA.

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