Freddy Cardoza / END
Hace ocho años doña Vicenta Lanuza, originaria de Estelí, decidió llevar su propio negocio a niveles industriales. Su fuerte siempre ha sido la elaboración de rosquillas, una destreza culinaria que, afirma, le viene de abolengo porque “tanto la familia de mi esposo como la mía hacían rosquillas y mis hijas mayores también”.
El deseo de superarse hizo que la familia de doña Vicenta buscara el apoyo financiero de MiCrédito, institución microfinanciera que decidió darle una mano amiga con la que han logrado mejorar las condiciones para la elaboración de los productos. Con el préstamo facilitado por MiCrédito adquirieron un horno que funciona a gas, dejando atrás los convencionales hornos rústicos, además de contar con una mayor reserva de materia prima y próximamente comprarán una batidora eléctrica para preparar la harina.
Bajo la marca “Rosquillas doña Vicenta”, esta pequeña empresaria ha logrado un crecimiento sostenido y mejoras en su negocio, donde cinco personas están enfocadas en el proceso productivo, el cual inicia a las siete de la mañana y se extiende hasta finales de la tarde.
La historia de doña Vicenta es una muestra del impacto positivo que viene a generar MiCrédito en pequeños y microempresarios del país. “En el 2004 nace MiCrédito con la idea de crear microfinanzas en el sector rural. En ese entonces la industria de las microfinanzas tenía un enfoque más urbano y vimos una oportunidad tanto para los clientes como para nosotros servir al sector rural”, refiere Verónica Herrera, gerente general de MiCrédito.
“Nuestro lema es Crecemos juntos”, enfatiza Herrera. Es un eslogan que fue diseñado desde que inició la empresa hace 12 años y la esencia de la organización se centra en el eslogan. “Nosotros queremos hacer negocios que impacten la vida de los clientes, pero hay tres actores en esta historia: los socios que ponen la plata, los colaboradores que hacen posible nuestra razón de ser y los clientes que al final del día son lo más importante para nosotros. Si el cliente crece, mejora su vida y tiene un cambio positivo, crecen nuestros colaboradores con mejores salarios y también crecen nuestros socios, entonces el impacto de nuestra misión se ve tangiblemente”, apunta Herrera.
Con 11 sucursales a nivel nacional, MiCrédito está en las principales cabeceras departamentales: León, Chinandega, Rivas, Granada, Masaya, Matagalpa, Estelí, Teustepe y Managua. Cuenta con 12 millones de dólares en activos, de los cuales 10 millones de dólares estaban ubicados en cartera hasta mayo entre más de 7 mil clientes.
“Atendemos todas las actividades que hay en el sector rural, donde hay comercio también, igual servicio y la parte agrícola. Pero si lejos de mejorar la vida de los clientes más bien lo empobrecés más, entonces no estamos cumpliendo nuestra misión. Estos tres actores de la historia de MiCrédito deben de crecer juntos, por eso es nuestro lema y nuestra misión principal”, asevera Herrera sobre los alcances de las microfinanzas en la vida de muchos nicaragüenses.
Hoy doña Vicenta pasó de elaborar 50 libras en producción a un máximo de 150 libras “con el nuevo horno y que vendemos el mismo día, lo que representan ingresos por 10,000 córdobas”, asegura.